Este jueves 26 de marzo se conmemoran 21 años de la salida del líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, de la cárcel de San Francisco de Yare, en el municipio Simón Bolívar del estado Miranda, donde estuvo preso por dos años por liderar la rebelión cívico-militar del 4 de febrero de 1992, junto a un grupo de oficiales patriotas, en la cuarta república.
Los jóvenes militares se alzaron para intentar derrocar el gobierno de derecha neoliberal de Carlos Andrés Pérez, fecha en que pronunció su imborrable consigna "Por Ahora", frase que resumió la esperanza de millones de venezolanos y hoy día sigue vigente en el corazón del pueblo venezolano.
"Hugo Chávez Frías, nunca perdió su humildad ni su esencia como ser humano, siempre fue un hombre espontáneo, directo y con una clara visión de país que quería construir para el bienestar del pueblo venezolano", con estas palabras el entonces párroco de Yare, Carlos González, describió al líder de la revolución y presidente eterno de Venezuela.
"Lo conocí hace 22 años durante una visita a la cárcel de Yare, en octubre de 1993 y desde ese entonces hasta su salida del recinto, el 26 de marzo de 1994, consolidamos una estrecha amistad, cada tres días compartíamos amenas y profundas conversaciones sobre sus puntos de vista de diversos temas de interés nacional," comentó.
El ahora párroco de la parroquia Santa Lucía, municipio Paz Castillo, estado Miranda, manifestó que Chávez fue un hombre de alta vocación de servicio y de una profunda fe en Dios Todopoderoso, quien con amor dignificó a los desposeídos, excluidos y olvidados. "Chávez fue el presidente más cristiano que ha tenido Venezuela: fe, visión y acción, ese era él".
"Más que un presidente, un líder político, él fue un gran hombre, un excelente amigo que a pesar de ser el presidente de la República, donde te veía te reconocía y te manifestaba su cariño. Nunca cambió su personalidad", sentenció.
Comentó que después de su salida del penal, se reencontró en San Francisco de Yare con el entonces presidente Chávez, en marzo de 1999, cuando le dijo con lágrimas en los ojos: "Carlitos llévame a la celda donde estuve recluso por dos años, para recordar lo que allí viví, ahora que estoy en libertad. Este sitio fue mi retiro espiritual y de largas horas de lectura".
Fuente AVN
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