Por
Antonio José Guevara Y Brunilde I. Palacios Rivas
PRENSA
ALTERNATIVA, COMUNITARIA Y PEDAGÓGICA EL NEGRERO de san
Agustín del Sur
Después de más de 37 años aproximadamente bajo llave, atrapado
por el pasado, removiéndose entre sus mismas
extrañas…, EL VIEJO CINE
ALAMEDA fue tomado por el imaginario san agustiniano y por la población
cultural que hace vida en la Parroquia san Agustín del Sur, el cual durante
años había caído en la desidia y fue recuperado por sus voceros naturales
comunitarios.
Para los san agustinianos que
se han convertidos en tatareadores y melómanos de la salsa o de cualquier expresión
cultural (o estilo musical) en sus diferentes espacios, la fecha del 13 de abril del 2004, tiene un
gran valor político y socio cultural, porque han logrado entender los motivos
que llevaron a que un grupo de cultores
y artistas populares, etc., tomaran la SEDE DEL VIEJO CINE ALAMEDA, con la
intención de recuperarlo, hacerlo funcional y ponerlo a la disposición de la
comunidad, para que ésta le dé cabida al desarrollo del ocio creativo, en vista
que dichas infraestructuras se han puesto en función del pueblo, de la gente,
del común, pero lo más importante de
todo, es que a partir de ese momento, la
cultura negra y morena, adquirieron otro tipo de connotación, al
comenzar y poner su voluntad porque se
les reconozcan y se les visibilicen; lo cual permitió abrir un espacio
comunicacional (Programa Alternativo y
Comunitario Salsa Negra con Estilo en la Radio Cultural Alameda. Su FM 100.3)
que les ha permitido ser reconocido como hijos de un imaginario libertario que
independizó cinco naciones y que sin su presencia, jamás nos hubiésemos
independizado del yugo español; pero lo más importante de ello, es que tuvieron
la capacidad de echar a un lado su linaje, estatus social, propiedades para ir
a hablar con los libertarios Haitianos y pedir ayuda en pro de la independencia
venezolana y no se convirtieron en parcelas, porque sabían que era necesario la “unidad en la acción”, en
el que se comprendió que esos negros, morenos, pardos o mulatos, se había
convertidos, en sujeto crítico, solidario, cooperativo, autogestionario,
bolivariano, pero por encima de todo…! participativos y proactivos.
Es por ello que se hace
necesario predicar la participación organizada sobre la base de la nueva
materialidad dentro de la República que se está formando hoy en Venezuela,
encauzada dentro de los parámetros del socialismo, humanitario y comunitario,
porque algo que no podemos olvidar, es que éste fue un logro de la Revolución
Bolivariana y que esta iniciativa partió de la premisa, que era necesario, no
solamente producir un hombre nuevo (un ciudadano nuevo), ideológicamente,
políticamente, socialmente, culturalmente, biológicamente y genéticamente, sino
que además, tuviera la capacidad para comprender la variedad de sus experiencias,
lo cual debe permitirle reinterpretarlas según nuestra necesidades y ese gran
paso que se dio de asumir tal responsabilidad con la TOMA DEL ANTIGUO CINE ALAMEDA,
conllevó a que estos sujetos de la acción acabaran con el vació que desde hace
mucho tiempo se estaba fortaleciendo en la parroquia, al tenerlo abandonado por
más de treinta y cinco años (35), lo
cual permitió elevar nuestro estima y
eliminar los vestigio que sostenía que
lo san agustinianos eran sujeto apáticos, pocos creativos y participativos, que
no les importaba su parroquia (menos su acontece diario) y una muestra de
ello, fue que con su toma, se ganó un espacio que se ha venido consolidando por
más de diez años, en el que convergen
todas las expresiones culturales, además
que quienes la integran, tienen claro la necesidad de descolonizar las grandes
áreas de colonización lúdicas, a través de la difusión de una energía diferente que permita predicar el ocio creativo e
innovador, en el que se viene elevando el esplendor de un mundo gozoso que
desde hace mucho tiempo, viene
exacerbando los más interno de su imaginario, traducido simbólicamente
en un lenguaje que se siente, en el que se pueda explayar a manera de mapa
ancestral el crisol de identidades que integra las culturas de los venezolanos
que se caracterizan por poseer una alta carga de melanina negra, en ese
sincretismo que se hace transparente a través de su piel morena, mantuana, indígena y criolla, donde oímos el
color contar cuentos y consejas, hasta hacer que el folklore mantenga un
diálogo vivo con la magia que termina exaltándolo por una vía vinculada a la abstracción.
Por
otro lado, sentimos que ha permitido que la melaza no pierda ese sabor
a pueblo, el cual se hace contundente y
transparente, porque no es mentira que es un espacio lúdico donde sus
diferentes expresiones se transforman en un acto de creación que remueve el
espíritu de quienes con profundidad se hacen dueños de lo que encuentran en sus
espacios, donde cada bailador y bailadora, tatareador y tatareadora, creador y
creadora, innovador e innovadora, melómano y melómana, aprendiz de percusionista,
circenses, etc., convierte su
aprendizaje, en un acto libertario, en
el que se hacen presente de manera activa todo tipo de subjetividad y
racionalidad, lo cual permite que le den
rienda suelta a su imaginación, bajo el repique de esa voz ancestral que sienten en las venas, perdida en las
noches de la vieja herencia que se ha convertido en el espíritu que fortalece
el alma de los san agustinianos, en una especie de coraza que enriquece sus instintos,
para buscar configurar una realidad más humana y digna a través de la difusión
de la importancia que tiene la organización comunitaria (como instrumento de
mucha importancia para la consolidación del estado comunal), basada en el
respeto mutuo, la fraternidad para crear, construir y mejorarnos, superando el
abuso, la pobreza, la violencia, la discriminación, asumiéndolo desde
perspectivas y paradigmas de desarrollo diferentes que permitan la gran pieza
de creación colectiva para superar los modelos parcelados, anacrónicos, con
creatividad, conocimiento, innovación, descubrimiento y esencialmente con la
pasión y la fuerza generativa que logra redimir y recomponer los causes de una
sociedad fragmentada, al estimular procesos inéditos de innovación que permiten
liberar las fuerzas creadoras y abrir oportunidades para una mejor comunicación
que facilite el libre disfrute de considerarse humanos con todas sus
cualidades, al posibilitar las dinámicas que sensibilizan la gestión de los
cambios profundos, en los contenidos mismos de la vida social, al contribuir a
las grandes transformaciones que tenemos que plantearnos en nuestro país, donde
se hace necesario la construcción de un nuevo pensamientos, en el que se debe
saber qué se debe cambiar y qué conservar.
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